La iniciativa del gobierno del Distrito Federal de realizar una consulta popular al término de los debates sobre la reforma energética en el Senado de la República se está extendiendo para ser un ejercicio nacional. De esta manera, se conocerá del modo más sólido posible la postura sobre el tema de un gran sector de la ciudadanía. A la iniciativa se han opuesto categórica y cerradamente funcionarios del gobierno federal y del Partido Acción Nacional. Así, Carlos Morales, director de Pemex Exploración y Producción, se sobresalta: “Si tenemos un Congreso plural y que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie? Los problemas técnicos deben ser resueltos con base en las opiniones de los expertos y confiando en el juicio de quienes elegimos para diseñar las leyes que rigen el país”.
Interviene el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles: “Resulta incomprensible que se consulte a la gente. El tema es demasiado complejo como para sometérselo a consulta popular”. Y la secretaria de Energía, Georgina Kessel, señala: “Las decisiones ya se tomaron en las elecciones del 2006”, cuando nadie habló de privatización o de asociarse con empresas trasnacionales.
¿A qué se enfrenta ahora la ciudadanía? A la tesis estrepitosa que ve en la ignorancia de los ciudadanos, sinónimo de la consulta, el descarrilamiento de la reforma energética (Santiago Creel). La operación “quirúrgica” está a la vista: se trata de eliminar el derecho de los ciudadanos a tener un punto de vista nacional sobre su patrimonio; se quiere, sin metáforas, privatizar la opinión pública, reducirla al juicio de un grupo autocalificado de expertos, los únicos, según repiten, autorizados para decidir el rumbo del país.
¿Sólo unos cuantos tienen derecho a un punto de vista sobre la reforma energética? Ya se sabe que la decisión final le toca al Congreso, ¿pero a los ciudadanos no se les autoriza palabra alguna? ¿Es una herejía literal la consulta y la privatización de la industria petrolera exige antes que nada el monopolio de la expresión? La consulta será un ejercicio indispensable de ciudadanía, negarse a ella por temor o por “soberbia de experto” es, simplemente, un rechazo de las convicciones, las que tengan, de la opinión pública y de la sociedad civil, es una inspiración del silencio como el único derecho de la ciudadanía.
Atentamente.
Marco Antonio Campos, Rolando Cordera, Arnaldo Córdova, Laura Esquivel, Bolívar Echeverría, Víctor Flores Olea, Luis Javier Garrido, Héctor Díaz Polanco, Antonio Gershenson, Margo Glantz, Enrique González Pedrero, Hugo Gutiérrez Vega, David Ibarra, Luis Linares Zapata, Guadalupe Loaeza, Lorenzo Meyer, Roberto Morales, Carlos Monsiváis, Jorge Eduardo Navarrete, Carlos Payán, Carlos Pellicer, José María Pérez Gay, Sergio Pitol, Elena Poniatowska, Ida Rodríguez Prampolini, Enrique Semo, Víctor Manuel Toledo, Héctor Vasconcelos y Javier Wimer
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