Pedro Echeverría V.
1. La corriente de López Obrador y el PRD han iniciado una campaña para impulsar una consulta ciudadana con el fin de evitar la privatización del petróleo, consulta que se iniciará en las Ciudad de México. Pero el presidente ilegítimo Calderón, los panistas, los empresarios, han respondido que ninguna consulta es contemplada en la Constitución, que los legisladores representan al pueblo y son los únicos que pueden resolver al respecto. “La consulta ciudadana es una figura específica que no existe en la Constitución. Tenemos que llevar a cabo la discusión y procesar los temas del Legislativo conforme a las leyes vigentes” (Mouriño, secretario de Gobernación). “El PRD pretende “descarrilar” la reforma energética propuesta por el presidente Felipe Calderón. Además, no vamos a permitir que se eche a perder una reforma tan necesaria. No estamos de acuerdo en seguir con este engaño, cuyo trasfondo es alargar, dilatar, de tal manera de descarrilar la reforma energética” (Creel, jefe de senadores panistas)
2. Sin embargo la Constitución del país sí contempla la consulta en su artículo 26, tercer párrafo, al decir: “La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática y los criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los programas de desarrollo”. La realidad es que no se cómo se interprete el párrafo porque para mí estos asuntos de gran trascendencia nunca serán problemas legales que deban basarse en una Constitución burguesa que, por ese hecho, restringe la democracia directa y popular para darle a la institución todo el poder. Los panistas parecen tener la razón desde el punto de vista formal dado que los legisladores son los “representantes electos por el pueblo” a pesar de que en los hechos reales el pueblo no los conozca. ¿Quién los eligió entonces? Sus partidos, los grupos dominantes de ese partido y todo el proceso de corrupción y de acomodos imperante en cada partido.
3. Lo que al parecer está en el fondo de la cuestión es el problema de la democracia y la interpretación que se tiene de ella. Existen los nombres de democracia representativa, democracia directa, popular, cristiana, social, autogestiva; pero en la realidad sólo se ha conocido, y ha dominado en el mundo, la democracia formal o representativa. Incluso a países con regímenes militares, imperiales, abiertamente empresariales, despóticos, se les reconoce que son gobiernos o “repúblicas democráticas”. No debe olvidarse que la democracia es hija del liberalismo burgués que derrotó al absolutismo; por ese hecho fue revolucionaria en su tiempo, pero luego se convirtió en un instrumento reelaborado por las clases poderosas para legitimar su dominio. Aunque sus raíces etimológicas signifiquen “gobierno del pueblo”, la democracia siempre ha sido usada por una minoría de políticos y empresarios, mismos que se han considerado superiores, que están por encima de cualquier trabajador. La democracia, desde su nacimiento, ha sido instrumento de las minorías.
4. En la democracia formal dominan las instituciones, los aparatos, las formalidades. No es un problema de razones o de justicia sino de legalidades establecidas. Basta ver ejemplos: Si el pueblo repudia el proceso electoral, el comportamiento de los partidos y a los candidatos y no sale a votar, eso muy poco importa en la “democracia”. Basta con que se depositen unos cuantos votos para que se legalice la elección. A mi me pasó en 1976 en un debate en la preparatoria cinco de la UNAM. Estaban registrados 150 afiliados del SPAUNAM, éramos dos directivos del sindicato y sólo llegaron a la asamblea siete académicos. Reclamé que no era representativa la reunión y perdí la votación “democráticamente”. El acta se levantó y los delegados fueron válidos para el Congreso. Hay incluso estatutos que dicen que si se cita una asamblea y no está presente la mitad mas uno, la siguiente se realizará y será válida con cuantos afiliados lleguen. Así se consolida la burocracia.
5. También a mí me da vergüenza usar la palabra democracia porque todo el mundo habla en nombre de ella. Hitler, Franco, Pinochet, Bush y todos los gobernantes, siempre se presentaron y se presentan como gobiernos demócratas. Además que a esa democracia (exclusivamente electoral) no le importa la desigualdad económica, el despotismo político, el racismo social o la destrucción del medio ambiente, tampoco en el campo electoral es igualitaria. Sólo es una democracia de legalidades, de forma, de disciplina y de reglas. Por eso antes de calificar de democrático o antidemocrático un acto, una declaración o a un organismo siempre hay que saber de qué democracia se habla. ¿Los partidos políticos PAN, PRI, PRD, etcétera son democráticos? Depende de la concepción ideológica con la que se vean. ¿Acaso no se sabía que los gobiernos norteamericanos tienen su propia medida para determinar qué país es democrático y cuál no lo es y que esa medida depende de sus intereses políticos y económicos?
6. Pero por otro lado, aunque por principios políticos e ideológicos debe apoyarse siempre la consulta directa, el plebiscito o el referéndum, este método tampoco servirá de nada si la población no está informada, está poco enterada o desinformada. La democracia directa requiere de una perfecta y profunda información para que no se convierta en otra trampa o manipulación. La democracia formal electoral es una farsa, un engaño, (sobre todo si pensamos en que los gobernantes yanquis fueron de manera formal “elegidos democráticamente por su pueblo”; que así mismo los guerreristas Aznar, Blair, Berlusconi, etcétera, etcétera, fueron electos en esa misma manera) pero la consulta directa podría convertirse (si la dejamos en manos de los políticos corruptos, del gobierno, de los partidos, empresarios o de los medios de información) en otro instrumento de dominación, quizá más engañoso. Antes de la consulta directa debe fluir una gran información que impida que TV y radio la manipulen.
7. La democracia directa o autogestiva sólo puede funcionar en organizaciones pequeñas, donde todos se conozcan y no posean intereses antagónicos. Varios escritores y estudiosos del problema (siguiendo a corrientes autogestionarias, ácratas, incluso consejistas italianas) han planteado que la democracia directa puede funcionar en ciudades pequeñas donde los habitantes se ven en el trabajo, la escuela, el mercado, la iglesia o en las fiestas, donde se conocen y saben de sus historias. Todos pueden ocupar cargos honorarios, rotativos y para servir a la comunidad. Y donde las ciudades han crecido en territorio y cantidad de habitantes, pueden dividirse en barrios o colonias con gobiernos independientes pero coordinados por la solidaridad. Precisamente es lo contrario de la democracia representativa donde nadie conoce a los políticos que “nos representan”, donde los electores votan por obligación o costumbre y las acciones de gobierno sólo benefician a una minoría.
8. Todas las llamadas democracias han sido y son “representativas”. El “pueblo”, los asociados o afiliados tienen siempre dirigentes o representantes que no conocen pero que ocupan cargos de gobierno porque tienen el apoyo de los sectores empresariales más influyentes, de los partidos, sindicatos o cámaras. Los asociados y electores nunca han sabido de ellos a pesar de que ellos mismo los eligieron. Esos representantes son hoy lo legisladores que votarán la privatización o no del petróleo. Pero los lópezobradoristas del FAP y la CND ahora preparan la consulta popular que permitirá elevar el nivel de conciencia de la población, pero por otro lado el gobierno y los empresarios, usando lo medios de información buscarán desinformar para que la población no presiones. A pesar de que el gobierno de Calderón y los panista no quieren aceptar la consulta pública, la presión los obligará a hacerlo.
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