“La ambición llevó a los panistas a inventar el cuento de que hay un tesoro en aguas profundas”
Atizapán de Zaragoza, Méx., 1º de junio. Andrés Manuel López Obrador acusó a los panistas de ladrones, mentirosos, caraduras y cínicos. Puso varios ejemplos: primero, que desde el tercer año de gobierno de Vicente Fox México tuvo grandes ingresos por excedentes petroleros y desde entonces esconden el destino de esos recursos como –sostuvo– ahora hacen Felipe Calderón y su secretario de Hacienda, Agustín Carstens.
Exigió una investigación y transparencia al respecto, sobre todo cuando “nunca se había vendido a tan alto precio el crudo”. Recordó que diariamente México extrae 3 millones de barriles de petróleo y cada día exporta por lo menos la mitad. Y el costo de la extracción por unidad, apuntó, es de cuatro dólares y se vende hasta en 110, “pero de manera cínica y descarada dicen que no hay esos recursos. Es cosa de sentido común”, dijo.
Cuestionó que la ambición por privatizar ese recurso hizo que los panistas “inventaran todo ese cuento de que hay un tesoro en aguas profundas del Golfo para abrir las puertas a empresas extranjeras” en el negocio petrolero, bajo el argumento de falta de tecnología, cuando todo eso es pura mentira, “¡patrañas!”, apuntó. “No se sabe si hay petróleo, como dicen, a tres mil metros de profundidad; no hay estudios, investigación.
“Sabemos, en cambio, que se encuentra en tierra y en aguas someras, y que de aprobarse las reformas propuestas por Calderón, esos inversionistas irían por el crudo adonde realmente está”, afirmó.
Reunión con brigadistas
Al encontrarse con brigadistas del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo en dos bastiones panistas mexiquenses: Atizapán y Tlalnepantla, así como en los municipios perredistas de Tultitlán y Tultepec, y en Coacalco, donde gobierna el PRI, insistió en que a la cúpula en el gobierno la mueve el afán de lucro.
Apoyó lo dicho en la denuncia que hizo sobre el diputado panista mexiquense Francisco Gárate Chapa, después de recibir información de que éste, cuando era coordinador de la fracción blanquiazul local, autorizó, sin anuencia del Congreso, que se le donara un terreno del ayuntamiento de Atizapán, valuado en 120 millones de pesos, al Tecnológico de Monterrey, del cual el legislador era, en esos momentos, representante legal.
La queja fue acompañada por silbidos en contra del diputado por parte de algunos asistentes a la concentración, realizada en el quiosco de la colonia Lomas de Atizapán. “Es un absurdo, claro que es para la educación, pero por qué para la educación privada y no la pública. Esto no queremos que se siga llevando a cabo. Pido a los legisladores del PRD, del PT y Convergencia su intervención, porque la desincorporación del predio tiene que ser aprobada por el Congreso local”, señaló.
Además, agregó, la institución privada –ya en operaciones en el terreno en disputa– debe pagar el costo del mismo y que esos recursos se destinen a la enseñanza pública.
“Es una vergüenza que el líder del PAN local hiciera esa operación como gestor del Tecnológico de Monterrey. Son unos caraduras”, resaltó. “¡Qué poca madre!”, corearon los brigadistas. “¡No, eso no!”, pidió el dirigente.
Mencionó que acciones como ésta revelan que la doctrina de los panistas “es la hipocresía. Son muy cínicos”. Privatización, apuntó, “es sinónimo de corrupción y de pobreza”, y si se entrega el petróleo a manos extranjeras, advirtió, “vamos a perder soberanía”.
Y ante lo que dijo que es una urgencia de Calderón, refirió: “¡tengan su privatización!, pero sin ademanes”. En la conclusión de su más reciente gira, López Obrador pidió a quienes están en defensa del petróleo reflexionar sobre las repercusiones que ha tenido entregar a la iniciativa privada otras empresas que fueron de la nación, como Teléfonos de México, los bancos, los ferrocarriles y más. “No ha sido bueno para el pueblo; al contrario, ha llevado a la crisis económica y social.”
Ironizó sobre la propuesta que el panista hizo desde Centroamérica para que se aprueben las iniciativas de reforma energética que envió al Senado y que después la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelva sobre su constitucionalidad. “Cree que nos estamos chupando el dedo. Al final ganaría él y su gente. No permitiremos –apuntó– que se lleve a cabo.”
Alma E. Muñoz (Enviada)
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