México, Distrito Federal
Miércoles 08 de octubre de 2008
Conferencia de prensa del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, para presentar una carta a la opinión pública
CARTA A LA OPINIÓN PÚBLICA
Hace 14 meses advertimos sobre los efectos que tendría la crisis económica de Estados Unidos en nuestro país. Hoy, desgraciadamente, se están cumpliendo esas predicciones. En una carta a la opinión pública, leída aquí en conferencia de prensa el 22 de agosto de 2007, sostuve entre otras cosas lo siguiente:
Desde la campaña presidencial de 2006, mi equipo de asesores económicos, Rogelio Ramírez de la O, Adolfo Hellmund y Mario Di Costanzo, me advirtió sobre la fragilidad económica de Estados Unidos y los impactos que podría tener sobre nuestra economía.
Para nosotros estaba claro que debíamos trabajar desde el primer día para protegernos de adversidades externas. Por desgracia esta turbulencia ha empezado hoy a manifestarse y el gobierno espurio, en forma totalmente irresponsable, no ha tomado las medidas para hacerle frente.
Debe decirse que la implantación de la política neoliberal dejó a nuestra economía muy expuesta a factores externos. Esta era y sigue siendo una de las razones para proponer un cambio del modelo económico que fortaleciera las actividades productivas, el mercado interno y la creación de empleos. Sin embargo, al continuar la misma política e incluso profundizarse, nuestro país se ha vuelto más vulnerable. Debido a ello, al reventar la crisis hipotecaria en Estados Unidos y contagiar los mercados internacionales de crédito, nuestra economía se encamina a un estancamiento de graves consecuencias para la mayoría de los mexicanos.
Además de explicar puntualmente cómo se estaba gestando la crisis en Estados Unidos, hicimos recomendaciones y exhortamos a los encargados del manejo de la política económica a que cambiaran de actitud y actuaran con responsabilidad y urgencia por el bien del interés nacional. No obstante, los del gobierno usurpador desatendieron nuestras advertencias. Al grado que apenas hace unos días, tanto Calderón como Carstens, llegaron a decir que si en Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe.
Guiados por la inercia de la política neoliberal, fueron incapaces de impulsar un programa para reactivar la economía, crear empleos, fortalecer el campo, construir refinerías, sino por el contrario, decidieron aumentar los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica. Mantuvieron los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes y crearon el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) que golpea a pequeñas y medianas empresas y limita la generación de empleos. No hicieron nada para lograr la autosuficiencia alimentaria y continuaron con el criterio de comprar lo que consumimos en el extranjero. Impidieron la libre competencia con la protección a los monopolios que cobran por bienes y servicios precios exagerados y afectan a consumidores y empresas. Y en vez de llevar a cabo un plan de austeridad para liberar fondos al desarrollo, en dos años el gobierno usurpador ha incrementado el gasto corriente en 400 mil millones de pesos, utilizando para ello los excedentes petroleros.
En fin, se ha perdido el tiempo, se ha dejado de aprovechar la oportunidad de precios altos del petróleo que difícilmente se volverá a presentar. Y lo más lamentable, es que ahora nos impacta la crisis de Estados Unidos con una economía muy debilitada y con el riesgo de una devaluación de nuestra moneda, como ya empezó a expresarse en los últimos días.
El domingo 28 de septiembre, en el zócalo de la Ciudad de México, volví a señalar la gravedad de este problema. Argumenté que este año el crecimiento económico de México será el más bajo de todos los países de América Latina y el Caribe. En los últimos tiempos hay pérdida de empleos. El salario y los ingresos están resultando insuficientes ante la carestía. Está creciendo la cartera vencida. Los bancos han reducido sus créditos. Las tiendas departamentales están bajando sus ventas y la industria de la construcción no está creciendo.
Por los efectos de la recesión en Estados Unidos, se está reduciendo el monto de las remesas de los trabajadores mexicanos en el extranjero. Está cayendo la producción, son menores las exportaciones, están bajando los niveles de ocupación en los destinos turísticos se ha reducido considerablemente el crédito internacional para proyectos de inversión.
Sostuve que la caída en la producción de Pemex, ocasionada por su mal manejo y la baja en los precios del petróleo, aumentaría el riesgo del déficit creciente en la balanza de pagos. Expliqué que, sin considerar las exportaciones del petróleo, el déficit comercial en el 2000 fue de 14 mil 149 millones de dólares; en 2007 de 53 mil 92 millones de dólares y, en 2008, según proyecciones, será de 68 mil 374 millones de dólares; es decir, crecerá alrededor de 15 mil millones de dólares en un año. Es importante señalar que el 86 por ciento de este incremento, se debe a la creciente compra en el extranjero de alimentos y petrolíferos, principalmente gasolinas. Y todavía así, el gobierno usurpador se ha negado a construir nuevas refinerías y no ha apoyado a los productores del campo mexicano para lograr la autosuficiencia alimentaria. Pareciera como si estuviera esperando una gran crisis de balanza de pagos para actuar.
Por todo lo anterior, propuse al Congreso la aplicación de un plan anticrisis destinado a fortalecer nuestra producción interna para evitar un mayor desempleo y reducir el déficit comercial. Concretamente recomendé:
- Cancelar los aumentos de precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad, para mejorar la competitividad de la industria, dar alivio a los consumidores y reducir la presión inflacionaria.
- Aumentar el presupuesto destinado al campo; se establezcan precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos, con el propósito de reducir las importaciones de alimentos; evitar más aumentos en los precios; mejorar la economía de campesinos y productores y atemperar el fenómeno migratorio.
- Construir tres refinerías para dejar de comprar las gasolinas en el extranjero. Y argumenté que con esta decisión se reducirían las importaciones de este hidrocarburo, que ya se acerca al 50 por ciento de lo que consumimos, se daría valor agregado al petróleo crudo, se generarían empleos y se ahorrarían divisas.
- Llevar a cabo un programa de construcción de obras públicas, para reactivar la economía y generar empleos; de manera particular, que se atienda la falta de servicios públicos y de vivienda, en beneficio de la gente pobre de los centros urbanos y de las ciudades fronterizas.
- Así mismo, propuse que se considerara el gasto destinado a la juventud como una inversión social; que se otorgaran becas a todos los estudiantes del país como se hace en el Distrito Federal; que se aumentara presupuesto para las universidades públicas para resolver el problema de miles de jóvenes que son rechazados, con el pretexto de que no pasan el examen de admisión.
- Que se otorgue una pensión alimentaria a todos los adultos mayores del país, equivalente a medio salario mínimo, como se lleva a cabo en el Distrito Federal. Este apoyo debe otorgarse desde los 65 años, cuando menos, en regiones indígenas y en las zonas de mayor pobreza del campo y la ciudad.
- Que se entreguen de inmediato los ahorros de los exbraceros.
- Que se cancele la llamada Alianza Educativa, y en particular, que no se permita el cierre de las escuelas normales y se otorguen plazas a todos sus egresados.
- Que renuncien de inmediato los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública y el procurador General de la República, por carecer de integridad y ser ineficaces en el combate a la inseguridad y la violencia.
Reiteramos que los fondos para este plan anticrisis pueden obtenerse si se reduce en 200 mil millones de pesos el gasto superfluo del gobierno y se utilizan los 200 mil millones de pesos de excedentes que se recibirán este año por precios altos de petróleo.
Con esta Bolsa de 400 mil millones de pesos, se deben financiar proyectos de alto impacto económico para mejorar el nivel de empleo, la competitividad y atemperar la crisis social y el clima de inseguridad.
Nuestra propuesta, en esencia, consiste en reducir el costo del gobierno a la sociedad. Siempre he sostenido que en ninguna circunstancia, menos en una situación de estancamiento económico, desempleo y empobrecimiento, los servidores públicos pueden disponer del presupuesto para obtener altos salarios, prestaciones, beneficios y comodidades. Por el contrario, ese recurso debe canalizarse a las necesidades apremiantes de la gente.
De manera específica, la reducción de 200 mil millones de pesos que proponemos se puede lograr de la siguiente manera:
1. Que se ajuste a la baja la partida 1509 para reducir a la mitad los sueldos desde el presidente espurio hasta los directores generales adjuntos del Poder Ejecutivo Federal; que se reduzcan también a la mitad las percepciones de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia del Poder Judicial de la Federación; de los consejeros del IFE y magistrados del Tribunal Electoral. De la misma forma, disminuir a la mitad las percepciones de diputados federales y senadores. Con este ajuste se obtendría un ahorro de 12 mil millones de pesos.
2. Que se suprima la partida 1407 del Seguro de Separación Individualizada, que consiste en un fondo de ahorro especial para la alta burocracia y que se estima para 2009 en 6 mil millones de pesos.
3. Que se cancele la partida 1406 de Gastos Médicos Mayores para la atención en hospitales privados de la alta burocracia, que equivale a 5 mil 050 millones de pesos.
4. Que se cancelen las pensiones a expresidentes por 310 millones de pesos al año.
5. Que se elimine la entrega de bonos discrecionales de fin de año para los altos funcionarios públicos incluidos en la partida 1 500, que representa una erogación de 11 mil 207 millones de pesos.
6. Que las partidas de “otros gastos corrientes” del presupuesto federal se mantengan en el mismo nivel de 2007, más la inflación, con lo cual se obtendría un ahorro en el presupuesto de 2009 de 232 mil millones de pesos. Para ello debe eliminarse la compra de vehículos para altos funcionarios, los gastos de representación, viáticos de altos funcionarios, la remodelación de oficinas, la renta de oficinas alternas de los servidores públicos superiores, boletos de primera clase y gastos de vestuario. También proponemos la reducción drástica de las partidas de publicidad, servicios telefónicos, celulares, fotocopiado y papelería, alimentación de funcionarios, servicios de asesoría, donativos, combustibles, arrendamiento de inmuebles y fideicomisos, entre otras.
Este plan anticrisis, insistimos, puede acordarse en el Poder Legislativo, donde están representadas todas las fuerzas políticas del país y desde ahí podría convocarse al resto de la sociedad. Además, la Cámara de Diputados tiene la facultad exclusiva de aprobar el presupuesto y la mayor parte de nuestras propuestas dependen de una nueva orientación del gasto público. Hoy, más que nunca, se necesita que el destinatario del presupuesto sea el pueblo y no los potentados y la alta burocracia.
En consecuencia, voy a recomendar respetuosamente a los legisladores del Frente Amplio Progresista, que lleven a cabo todas las gestiones que sean necesarias para la aprobación de este plan anticrisis.
Así mismo, como hace 14 meses, hago a los ciudadanos las siguientes recomendaciones puntuales:
1. Estos serán tiempos difíciles; por eso haz un esfuerzo para ajustar tu gasto a lo básico.
2. Si vives en el Distrito Federal y no tienes ingresos, inscríbete al Seguro del Desempleo y al Programa de atención médica y medicamentos gratuitos.
3. Esmérate en tu trabajo, porque habrá más competencia y despidos.
4. Ahorra en tus consumos de luz, agua, gas, gasolina y otros.
5. Si necesitas comprar aparatos electrodomésticos verifica los precios en el teléfono del consumidor: 5568-8722.
6. Aprovecha siempre que puedas los descuentos por pagos en efectivo y por adelantado de agua y predial.
7. Paga tu recibo de luz, teléfono, cable y otros servicios, en las oficinas y no en los bancos para ahorrar el cobro de comisiones.
8. No pagues tu recibo de luz, agua y teléfono si te llega muy alto, hasta exigir una aclaración. Reclama y defiende tus ingresos.
9. No aceptes cargos indebidos en tarjetas de crédito. Cuida que los pagos de tus abonos por compra de automóviles en el banco no contengan cargos no justificados y siempre pide aclaraciones.
10. No contrates créditos para consumo porque los intereses son muy altos y van a subir más.
11. No contrates crédito a tasa variable, si lo necesitas contrata a tasa fija.
12. No contrates deudas en dólares.
13. Aún si no tienes ingresos pero estás registrado como contribuyente, debes presentar tu declaración en ceros, para evitar multas abusivas.
14. Compra en los mercados o tianguis, con tus marchantes, porque ellos y los campesinos mexicanos necesitan de tu ayuda.
15. Compra tus productos a granel y, en la medida de lo posible, que no sean productos industrializados.
16. Prepara tus alimentos y el desayuno de tus hijos para la escuela; que no consuman comida chatarra, no sólo por salud sino porque son productos más caros.
17. Compra tu pan en la panadería.
18. Haz agua de fruta de temporada, es más saludable y apoyas a los campesinos mexicanos. Si compras bebidas industrializadas, dale la preferencia al Boing, que es un producto de buena calidad, elaborado por los trabajadores de la Cooperativa Pascual.
19. Compra en las camionetas de productos agrícolas.
20. Compra café mexicano.
21. Compra tus medicinas en las boticas pequeñas o farmacias nacionales; y apoya a las tiendas de colonias, barrios y pueblos.
22. Consume productos mexicanos, compra tu ropa en tianguis o mercados como los de Mixcalco en el Distrito Federal, Chinconcuac, estado de México o San Martín Texmelucan, Puebla, y los zapatos en León, San Mateo Atenco, Ticul y en otros centros productores del país. Los artesanos y pequeños empresarios necesitan de tu ayuda.
23. Si puedes dale trabajo a pintores, carpinteros, herreros, plomeros, jardineros y otros.
24. Si viajas por recreación o turismo, trata de que sea a lugares nacionales y da preferencia a negocios de mexicanos.
25. Favorece a las fondas y a los restaurantes nacionales.
26. Si compras un auto favorece a las empresas que fabrican en nuestro país; así apoyas el empleo de trabajadores mexicanos.
27. Da la bienvenida a los amigos de tus hijos en casa para sus reuniones, con el fin de que tengan más seguridad y gasten menos.
28. Maneja con cuidado y tolerancia.
29. Reúnete más con tus seres queridos; da más tiempo a la comunicación y a la convivencia con tus hijos, revalora la importancia de la lectura, la conversación y el apoyo mutuo con familiares, amigos y vecinos.
30. Y ten presente que la felicidad depende de estar bien con la conciencia, con uno mismo y con el prójimo; no sólo se alcanza con bienes materiales.
Si se acuerda un plan anticrisis en el Congreso como el que proponemos, es posible enfrentar el sentimiento de frustración y la incertidumbre que prevalece y crear un ambiente de seguridad, de aliento y de esperanza al pueblo de México. Así mismo, es indispensable que todos actuemos con mayor humildad, tolerancia, generosidad y respeto.
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